“Un niño con autismo ve las cosas de manera diferente a nosotros. Percibe las cosas bajo una luz diferente. Puede percibir las cosas de maneras que nunca podríamos imagina”

– Desconocido

Cuando se trata de autismo, hay muchos conceptos erróneos o definiciones incorrectas del término. Hemos conocido a varios padres que cuando se enteran de que a sus hijos se les diagnostica autismo se sienten abrumados por sentimientos de desesperación, tristeza y confusión. Esto viene junto con el hecho de que hay mucho estigma a su alrededor y hay algunas descripciones incorrectas de lo que es el autismo, especialmente en películas y programas de televisión.

A muchos de nosotros nos pasó lo mismo cuando escuchamos la palabra autismo, simplemente pensamos que quien lo tenía era alguien con muchas discapacidades y problemas y que no sería capaz de funcionar en el mundo real. A medida que aprendimos más al respecto, nos dimos cuenta de que no es así. No decimos que todo sea fácil ya que hay algunos casos graves.

Según los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades, el trastorno del espectro autista (TEA) es una discapacidad del desarrollo que puede causar importantes desafíos sociales, de comunicación y de comportamiento (las personas con TEA a menudo tienen problemas con las habilidades sociales, emocionales y de comunicación). El TEA ocurre en todos los grupos raciales, étnicos y socioeconómicos, pero es aproximadamente 4 veces más común entre los niños que entre las niñas.

 

Signos, síntomas y diagnóstico.

A menudo, no hay nada en el aspecto de las personas con TEA que las diferencie de otras personas, pero las personas con TEA pueden comunicarse, interactuar, comportarse y aprender de maneras diferentes a la mayoría de las demás personas. Pueden repetir ciertos comportamientos y no querer cambiar en sus actividades diarias. Muchas personas con TEA también tienen diferentes formas de aprender, prestar atención o reaccionar ante las cosas.
Sabemos que no existe un autismo sino muchos subtipos, la mayoría influenciados por una combinación de factores genéticos y ambientales. Las habilidades de aprendizaje, pensamiento y resolución de problemas de las personas con TEA pueden variar desde superdotadas hasta severamente discapacitadas. Algunas personas con TEA necesitan mucha ayuda en su vida diaria; otros necesitan menos y viven de forma totalmente independiente.

Según Autism Speaks, varios factores pueden influir en el desarrollo del autismo y, a menudo, se acompaña de sensibilidades sensoriales y problemas médicos como trastornos gastrointestinales (GI), convulsiones o trastornos del sueño, así como problemas de salud mental como ansiedad, depresión, y problemas de atención.
Los signos de autismo generalmente aparecen a los 2 o 3 años y, por lo general, duran toda la vida de una persona. Algunos retrasos en el desarrollo asociados pueden aparecer incluso antes. Desafortunadamente, no existe una prueba médica para el autismo. Los médicos observan el comportamiento y el desarrollo del niño para hacer un diagnóstico. El TEA a veces se puede detectar a los 18 meses o antes. Las estadísticas muestran que muchos niños no reciben un diagnóstico final hasta que son mucho mayores y los grupos minoritarios tienden a ser diagnosticados más tarde y con menos frecuencia. Este retraso significa que es posible que los niños con TEA no obtengan la ayuda temprana que necesitan, y las investigaciones muestran que la intervención temprana conduce a resultados positivos y un desarrollo saludable más adelante en la vida de las personas con autismo.

¿Qué causa el autismo?

Se desconocen las causas del TEA, pero la investigación ha encontrado que puede haber muchos factores diferentes que hacen que un niño sea más propenso a tener un TEA, incluidos factores ambientales, biológicos y genéticos.

  • La mayoría de los científicos están de acuerdo en que los genes son uno de los factores de riesgo que pueden hacer que una persona tenga más probabilidades de desarrollar.
  • Los niños que tienen un hermano con TEA corren un mayor riesgo de tener también.
  • Las personas con ciertas condiciones genéticas o cromosómicas, como el síndrome de X frágil o la esclerosis tuberosa, pueden tener una mayor probabilidad de tener.
  • Cuando se toman durante el embarazo, los medicamentos recetados ácido valproico y talidomida se han relacionado con un mayor riesgo de TEA.
  • Existe alguna evidencia de que el período crítico para desarrollar TEA ocurre antes, durante e inmediatamente después del nacimiento.
  • Los niños nacidos de padres mayores corren un mayor riesgo de tener TEA.

¿Qué hago si sospecho que mi hijo tiene TEA?

Si cree que su hijo podría tener TEA o cree que podría haber un problema con la forma en que su hijo juega, aprende, habla o actúa, comuníquese con el médico de su hijo y comparta sus inquietudes. Los especialistas que pueden hacer una evaluación más profunda y hacer un diagnóstico incluyen:

  • Pediatras del desarrollo (médicos que tienen capacitación especial en desarrollo infantil y niños con necesidades especiales)
  • Neurólogos infantiles (médicos que trabajan en el cerebro, la columna vertebral y los nervios)
  • Psicólogos infantiles o psiquiatras (médicos que conocen la mente humana)

Es importante tomar una intervención temprana ya que la investigación muestra que puede mejorar el desarrollo de un niño.